El gran Houdini
Houdini está considerado el mago más famoso e importante de todos los tiempos.
Nació en Hungría en 1874 y su verdadero nombre era Erik Weisz. A la edad de cuatro años, junto a su familia, abandonó el país y emigró a Estados Unidos en busca de una vida mejor.
Un día, ya en América, el pequeño Erik asistió con su padre a un espectáculo de magia. Lo que vio le impactó muchísimo y empezó a aficionarse al apasionante mundo del ilusionismo. Con el paso del tiempo, decidió ser mago y eligió el nombre artístico por el que todos le conocemos: Harry Houdini.
Al gran Houdini todavía se le recuerda y admira por las asombrosas proezas que realizó. Su gran especialidad fueron los escapismos, es decir, los números de magia en los que debía escapar o salvarse de una situación que parecía imposible. A veces pedía que le ataran las manos con cuerdas o esposas; otras, que le pusieran una camisa de fuerza que le dejaba completamente inmovilizado. El caso es que ante el asombro del público, se liberaba sin ayuda de nadie en cuestión de segundos.
¡Pero ahí no acababa la cosa! Houdini también era un experto en escabullirse de los lugares más insospechados, como baúles cerrados con candados o cajas fuertes que eran lanzadas al mar.
De la gran cantidad de números fantásticos de este tipo que protagonizó, el más célebre fue uno llamado ‘Metamorfosis’. El reto consistía en que un ayudante le esposaba y le metía en un saco del que no podía salir. A continuación, el saco con el mago dentro, se introducía en un baúl que se cerraba con llave. Entonces, bajo la atenta mirada de los presentes, se corrían unas cortinas. Tras unos pocos segundos de emocionante espera se abrían y el público observaba atónito como Houdini se paseaba tan campante fuera del baúl. Lo más increíble era que el baúl en cuestión seguía cerrado a cal y canto, es decir, se suponía que nadie lo había tocado. Cuando por fin levantaban la tapa, el que aparecía esposado y dentro del saco era el ayudante
¡Como por arte de magia se habían intercambiado! La sala estallaba en aplausos, completamente maravillada.
Obviamente, detrás de estas hazañas inexplicables había trucos muy buenos que nadie consiguió destripar porque Houdini se pasaba años preparando cada número hasta que le salía a la perfección.
Gracias a su afán de superación, los desafíos a los que se enfrentó fueron cada vez más difíciles y prodigiosos. Esto, unido a que siempre se las ingenió para salir en la prensa y darse mucha publicidad, le convirtió en un personaje muy conocido en su época a lo largo y ancho del mundo.
Además de la magia, la otra gran pasión de Harry Houdini fue la aviación. En esta disciplina también fue pionero, ya que en 1910 se convirtió en el primer ser humano en sobrevolar Australia.
Houdini falleció en 1926. Tenía 52 años de edad.
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